Siempre que se habla de pérgolas la imagen que nos viene a la cabeza son 4 palos sobre los que se coloca un entramado de vigas horizontales y transversales a ellas. Este entramado es el que da solidez a la estructura y sobre el que se dispone una cubierta, un toldo o una enredadera. Hasta aquí muy bien, pero, ¿Qué diferencia una pérgola de otras?¿por qué nos parecen casi todas distintas?. Vamos a acercarnos por partes.
Pérgolas de diseño moderno
Independientemente del material que se utilice, una pérgola tendrá un aspecto más moderno siempre que se utilicen acabados a 90º, es lo mismo que ocurre con las modernas casas modulares que tan de moda están hoy en día.
Las vigas traviesas se pueden colocar cara contra cara o apoyadas sobre las vigas de carga.
Los colores también tienen una importancia singular a la hora de conseguir un aspecto moderno, pérgolas en colores blancos, negros o plateados aportan una mayor sensación de vanguardia.
La parte superior de la pérgola suele terminarse con toldos rectos o techos correderos con acabados en colores a juego con la pérgola. Por la forma en que se construyen estas pérgolas el toldo o cubierta se puede presentar unas veces por debajo de los travesaños y otras veces por encima de ellos.
Pérgolas rústicas:
Las pérgolas rústicas se obtienen con acabados en bisel, normalmente a 45º. Se suelen montar con secciones de madera grandes que no siempre obedecen a criterios de seguridad sino al puramente estético.
Las pérgolas rústicas suelen tener un acabado en colores tostados en imitación de cualquier tipo de madera natural.
Pérgolas clásicas:
Son con diferencia las más complicadas de construir debido a la terminación final de las traviesas de la cubierta. Ya no podemos hablar de cortes rectos sino curvos y esto dificulta enormemente el trabajo de la madera más cercano al de un ebanista que al de un carpintero.
Este tipo de diseños es más habitual verlos en pérgolas de hierro forjado que en pérgolas de madera
Después de ver este artículo…¿tienes más claro cuál es tu estilo?